Virus transmitidos por murciélagos

 Como ya sabréis, la mayoría de los virus que son patógenos para los humanos tienen un origen animal es decir, son zoonosis. En los últimos años ha aparecido diversos virus relacionados con los murciélagos como el virus del Ébola, Marburg, virus de Nipah, de Hendra, SARS, MERS, o en SARS-CoV2 que ha causado la pandemia actual.


Los murciélagos son el segundo orden de mamíferos más diversos en la Tierra y comprenden el 22% de las especies de mamíferos descritos. Estos animales constituyen un reservorio de varios virus que están apareciendo en los últimos años, y que están causando enfermedades en el ser humano. Muchos de estos virus se han aislado en los murciélagos. 

En 1930, Joseph Pawan identificó por primera vez el virus de la rabia en los murciélagos. A partir de ahí se inició la investigación de los virus de estos animales. Durante los años posteriores se han descubierto otros pocos virus en estos animales. Fue en el año 2002, tras el descubrimiento del virus SARS, cuando ha aumentado de forma exponencial el descubrimiento de nuevos virus en estos animales. 


La propagación de estos virus requiere de una serie de requisitos, entre los que destacan: oportunidad de contacto, compatibilidad virus-huésped y la respuesta inmune. El contagio a los humanos se puede producir directamente desde los murciélagos como el caso del virus Nipah o el Marburg, o a través de huéspedes intermediarios como cerdos, caballos o gatos.

Una vez que el virus se encuentra en el interior de una célula huésped, se produce la interacción de este con múltiples proteínas de la célula. Estas interacciones son necesarias para la unión y la entrada del virus en la célula, para el reclutamiento de la maquinaria de replicación, la supresión de factores antivirales presentes en la célula hospedadora y para la salida de la célula y la evasión del huésped. 

En la siguiente figura se observan las barreras moleculares de las células hospedadoras.


El futuro de la investigación del virus de los murciélagos

Existe una creciente ansiedad en el campo de que la mera identificación de todos los nuevos virus derivados de animales hará poco para prevenir el próximo brote. Esto se debe en parte a la falta casi total de ensayos posteriores para caracterizar funcionalmente estos virus a la escala en la que se descubren. Por lo tanto, la mayoría de los estudios se han centrado en virus animales que ya se parecen mucho a los patógenos humanos conocidos. Una vía para los esfuerzos de investigación futuros debería centrarse en el desarrollo de herramientas escalables que puedan evaluar funcionalmente cuestiones importantes relacionadas con la zoonosis viral, como si los nuevos virus de murciélago pueden infectar células humanas o utilizar receptores humanos conocidos. Con el costo de la síntesis de genes disminuyendo a medida que avanza la tecnología, las nuevas secuencias de glicoproteínas virales podrían sintetizarse a granel y probarse in vitro, por ejemplo.
Más allá de los estudios funcionales, la ecología y el modelado de enfermedades son esenciales para determinar el verdadero riesgo de transmisión entre especies, al igual que una mejor colaboración entre los biólogos de murciélagos y los expertos en enfermedades. Los avances recientes en la miniaturización de la tecnología de dispositivos han producido rastreadores GPS más pequeños y cámaras trampa más eficientes y de mayor resolución que ciertamente ayudarán a mejorar nuestra comprensión de la distribución de especies hospedadoras y las interacciones clave en la interfaz murciélago-humano-entorno. Estos dispositivos se están implementando lentamente en el campo para aumentar nuestra comprensión de los patrones migratorios de los murciélagos y las interacciones entre los murciélagos y el medio ambiente. Los nuevos satélites meteorológicos y medioambientales están proporcionando una resolución más precisa de las tendencias climáticas globales, la urbanización y el desarrollo. Además, los conjuntos de datos de acceso abierto de asociaciones de virus-host combinados con nuevos enfoques analíticos, por ejemplo, el aprendizaje automático, están ampliando nuestra comprensión de los rangos de hosts de virus más allá de los límites de los datos de vigilancia actualesEn conjunto, dicha información está mejorando nuestra capacidad para identificar posibles puntos calientes de desbordamiento zoonótico e identificar nuevos reservorios de hospedadores.

Información obtenida de: https://www.nature.com/articles/s41579-020-0394-z

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